¡El panorama de la minería de Bitcoin está cambiando! La lucha entre EE. UU., Rusia e Irán, Bután ocupa el 40% de su PIB, ¿Tether apuesta a la mayor empresa minera?
Una vez, al mencionar la minería de Bitcoin, la atención del mundo se dirigía inevitablemente hacia China. Sin embargo, con la retirada total de la industria minera en China en 2021, el final de una era también anunció el inicio de un nuevo capítulo. Hoy en día, el mapa mundial de la minería de Bitcoin está experimentando una profunda, compleja y geopolíticamente matizada reconfiguración.
Esto ya no es un monólogo dominado por un solo país, sino una "guerra de poder computacional" global en la que participan grandes potencias energéticas, estados soberanos e incluso gigantes de las criptomonedas. En esta nueva competición, Estados Unidos y Rusia están protagonizando una nueva "lucha bipolar", mientras que Bután, un país en el Himalaya, ha surgido de manera sorprendente con un modelo de "minería nacional". Por otro lado, el gigante de las stablecoins Tether está apostando miles de millones para hacerse con el trono de la mayor empresa minera del mundo.
Gran juego de potencias
Recientemente, la intensa agitación en el mapa global de la capacidad de hash de Bitcoin ha expuesto de manera cruda la lucha entre las grandes potencias ante el mundo.
En el mismo día en que Estados Unidos lanzó ataques militares contra las instalaciones nucleares de Irán, la potencia de cálculo global de Bitcoin experimentó la caída más drástica en tres años, con una disminución de más del 15%. Esta sorprendente coincidencia ha avivado las especulaciones en la comunidad cripto sobre si "Estados Unidos está bombardeando las secretas instalaciones de minería de Bitcoin en Irán". El OG de Bitcoin, Max Keiser, incluso afirmó: "Podríamos haber entrado en una era de bombardeos mutuos entre países de las instalaciones de minería de Bitcoin, que es exactamente lo que predije en 2017 como la guerra de potencia de cálculo global."
La minería de Bitcoin en Irán era un "esfuerzo innovador" para buscar una salida económica bajo las severas sanciones impuestas por Estados Unidos. El país utiliza su abundante y barata energía, considerando la minería como una herramienta para eludir el sistema bancario tradicional y ganar divisas valiosas. Se estima que Irán llegó a ocupar alrededor del 4% de la potencia de cálculo de Bitcoin a nivel mundial. Sin embargo, la guerra ha obligado a interrumpir la minería de Bitcoin, desencadenando una guerra de hash global.
Al otro lado del océano, Estados Unidos, gracias a su maduro mercado de capitales y expectativas regulatorias relativamente claras, se mantiene en la cima de la minería de Bitcoin a nivel mundial. Sin embargo, este nuevo líder no está exento de preocupaciones. En su interior, se enfrenta a un profundo desafío en la cadena de suministro: la dependencia de las máquinas mineras fabricadas en China.
Los fabricantes de hardware de minería en China, representados por Bitmain y MicroBT, han dominado el mercado global durante mucho tiempo. La política arancelaria de Estados Unidos sobre los productos chinos ha aumentado directamente los costos de hardware para los mineros estadounidenses, debilitando su competitividad. Para hacer frente a esta situación, fabricantes como Bitmain están acelerando sus planes para construir fábricas en Estados Unidos, intentando eludir las barreras arancelarias mediante la producción local. Esto sugiere que, en el futuro, la competencia global en la minería no solo dependerá de los costos de energía, sino también de la reestructuración de la cadena de suministro de hardware.
Mientras Estados Unidos e Irán se ven atrapados en una confrontación de potencia de cálculo directa o indirecta, Rusia es vista como un posible ganador en esta guerra de potencia. Algunos analistas predicen que, gracias a sus abundantes recursos energéticos y un entorno político relativamente estable, Rusia podría, en un futuro cercano, superar a Estados Unidos y convertirse en el primer o segundo país más grande en minería de Bitcoin en el mundo.
Estrategia de pequeñas naciones
Cuando las grandes potencias están luchando ferozmente en el campo de la potencia de cálculo, algunos países pequeños han tomado un camino diferente, convirtiendo la minería de Bitcoin en una herramienta única para el desarrollo nacional.
El reino de Bután, escondido en el Himalaya, está llevando a cabo una sorprendente "Minería de la felicidad". Aprovechando sus abundantes y excedentes recursos de energía hidroeléctrica de cero carbono, este país de solo 800,000 habitantes ha estado excavando y acumulando en silencio Bitcoin por un valor de aproximadamente 1,3 mil millones de dólares en los últimos cinco años, cifra que equivale al 40% de su producto interno bruto (PIB), convirtiéndose así en el tercer país gubernamental más grande del mundo en posesión de moneda. La minería de Bitcoin se está convirtiendo en el "nuevo tesoro nacional" de Bután, un modelo de desarrollo sin precedentes que vincula profundamente el destino del país con la red de Bitcoin.
Este plan nacional, ordenado personalmente por el rey de Bután, comenzó en 2020. Su think tank nacional, DHI, se dio cuenta de que utilizar el exceso de energía hidroeléctrica barata para minería es una excelente manera de transformar los recursos naturales en riqueza nacional. Este enorme activo digital está retroalimentando de manera tangible la economía real: el gobierno de Bután utiliza las ganancias de la minería para aumentar los salarios de los funcionarios públicos en un 50%, y está implementando un sistema de pago de criptomonedas en la capital, tratando de crear un ciclo económico completo que va de "minero a billetera, y luego a la ciudad". El éxito de Bután ofrece un ejemplo audaz e inteligente para pequeñas economías en todo el mundo.
Inspirado por el éxito de países como Bután, Pakistán, que enfrenta una grave presión financiera, también planea destinar su capacidad de generación de 2000 megavatios (2GW) ociosa hacia la minería de Bitcoin y centros de datos de IA. El gobierno espera ahorrar 745 millones de dólares al año en tarifas de capacidad de plantas eléctricas y generar cerca de 1800 millones de dólares en ingresos en divisas. Sin embargo, los desafíos que enfrenta Pakistán son mucho mayores que los de Bután: sus altos precios de electricidad industrial, su dependencia de los subsidios eléctricos y la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) hacen que este camino de recuperación esté lleno de incertidumbre.
La ambición de los gigantes empresariales
En esta competición centrada en los estados, un gigante nativo del mundo cripto está ingresando con una actitud de disruptor. Tether, el mayor emisor de la stablecoin USDT, ya no se conforma con su posición dominante en el mercado de stablecoins. Su CEO, Paolo Ardoino, ha declarado recientemente que el objetivo de Tether es convertirse en "la primera empresa de minería de Bitcoin en el mundo" antes de finales de 2025.
Esto no es solo un eslogan vacío. Desde 2023, Tether ha invertido más de 2 mil millones de dólares en la construcción de minas centradas en energía verde en 15 ubicaciones alrededor del mundo (como Uruguay, Paraguay y El Salvador). Ardoino admite que la motivación de Tether no es solo una inversión financiera, sino también una consideración estratégica: como una ballena que posee más de 100,000 Bitcoins, participar personalmente en la minería y ser parte del "equipo de seguridad de la red Bitcoin" es la mejor manera de proteger la seguridad de su enorme reserva de activos.
La entrada de Tether marca el inicio de una nueva dimensión en la guerra de poder de cómputo: una empresa privada con recursos comparables a los de un país está participando en la competencia por la infraestructura básica de Bitcoin.
El juego de poder de la nueva era
Desde la lucha geopolítica entre grandes potencias hasta las estrategias de desarrollo económico de países pequeños, y las estrategias de las grandes corporaciones, el panorama global de la minería de Bitcoin está experimentando una profunda y drástica reestructuración. La potencia de cálculo, que era un indicador técnico puro, ahora está estrechamente relacionada con la seguridad energética nacional, la soberanía financiera, la competitividad económica e incluso la estrategia militar.
En resumen, la antigua era de la minería de Bitcoin ha llegado a su fin, y un nuevo orden mundial está en formación. Esta competencia global en torno al poder computacional de Bitcoin ha comenzado, y su rumbo final, sin duda, tendrá un profundo impacto en el mapa de poder global del siglo XXI.
El contenido es solo de referencia, no una solicitud u oferta. No se proporciona asesoramiento fiscal, legal ni de inversión. Consulte el Descargo de responsabilidad para obtener más información sobre los riesgos.
¡El panorama de la minería de Bitcoin está cambiando! La lucha entre EE. UU., Rusia e Irán, Bután ocupa el 40% de su PIB, ¿Tether apuesta a la mayor empresa minera?
Una vez, al mencionar la minería de Bitcoin, la atención del mundo se dirigía inevitablemente hacia China. Sin embargo, con la retirada total de la industria minera en China en 2021, el final de una era también anunció el inicio de un nuevo capítulo. Hoy en día, el mapa mundial de la minería de Bitcoin está experimentando una profunda, compleja y geopolíticamente matizada reconfiguración. Esto ya no es un monólogo dominado por un solo país, sino una "guerra de poder computacional" global en la que participan grandes potencias energéticas, estados soberanos e incluso gigantes de las criptomonedas. En esta nueva competición, Estados Unidos y Rusia están protagonizando una nueva "lucha bipolar", mientras que Bután, un país en el Himalaya, ha surgido de manera sorprendente con un modelo de "minería nacional". Por otro lado, el gigante de las stablecoins Tether está apostando miles de millones para hacerse con el trono de la mayor empresa minera del mundo. Gran juego de potencias Recientemente, la intensa agitación en el mapa global de la capacidad de hash de Bitcoin ha expuesto de manera cruda la lucha entre las grandes potencias ante el mundo. En el mismo día en que Estados Unidos lanzó ataques militares contra las instalaciones nucleares de Irán, la potencia de cálculo global de Bitcoin experimentó la caída más drástica en tres años, con una disminución de más del 15%. Esta sorprendente coincidencia ha avivado las especulaciones en la comunidad cripto sobre si "Estados Unidos está bombardeando las secretas instalaciones de minería de Bitcoin en Irán". El OG de Bitcoin, Max Keiser, incluso afirmó: "Podríamos haber entrado en una era de bombardeos mutuos entre países de las instalaciones de minería de Bitcoin, que es exactamente lo que predije en 2017 como la guerra de potencia de cálculo global." La minería de Bitcoin en Irán era un "esfuerzo innovador" para buscar una salida económica bajo las severas sanciones impuestas por Estados Unidos. El país utiliza su abundante y barata energía, considerando la minería como una herramienta para eludir el sistema bancario tradicional y ganar divisas valiosas. Se estima que Irán llegó a ocupar alrededor del 4% de la potencia de cálculo de Bitcoin a nivel mundial. Sin embargo, la guerra ha obligado a interrumpir la minería de Bitcoin, desencadenando una guerra de hash global.
Al otro lado del océano, Estados Unidos, gracias a su maduro mercado de capitales y expectativas regulatorias relativamente claras, se mantiene en la cima de la minería de Bitcoin a nivel mundial. Sin embargo, este nuevo líder no está exento de preocupaciones. En su interior, se enfrenta a un profundo desafío en la cadena de suministro: la dependencia de las máquinas mineras fabricadas en China. Los fabricantes de hardware de minería en China, representados por Bitmain y MicroBT, han dominado el mercado global durante mucho tiempo. La política arancelaria de Estados Unidos sobre los productos chinos ha aumentado directamente los costos de hardware para los mineros estadounidenses, debilitando su competitividad. Para hacer frente a esta situación, fabricantes como Bitmain están acelerando sus planes para construir fábricas en Estados Unidos, intentando eludir las barreras arancelarias mediante la producción local. Esto sugiere que, en el futuro, la competencia global en la minería no solo dependerá de los costos de energía, sino también de la reestructuración de la cadena de suministro de hardware. Mientras Estados Unidos e Irán se ven atrapados en una confrontación de potencia de cálculo directa o indirecta, Rusia es vista como un posible ganador en esta guerra de potencia. Algunos analistas predicen que, gracias a sus abundantes recursos energéticos y un entorno político relativamente estable, Rusia podría, en un futuro cercano, superar a Estados Unidos y convertirse en el primer o segundo país más grande en minería de Bitcoin en el mundo. Estrategia de pequeñas naciones Cuando las grandes potencias están luchando ferozmente en el campo de la potencia de cálculo, algunos países pequeños han tomado un camino diferente, convirtiendo la minería de Bitcoin en una herramienta única para el desarrollo nacional.
El reino de Bután, escondido en el Himalaya, está llevando a cabo una sorprendente "Minería de la felicidad". Aprovechando sus abundantes y excedentes recursos de energía hidroeléctrica de cero carbono, este país de solo 800,000 habitantes ha estado excavando y acumulando en silencio Bitcoin por un valor de aproximadamente 1,3 mil millones de dólares en los últimos cinco años, cifra que equivale al 40% de su producto interno bruto (PIB), convirtiéndose así en el tercer país gubernamental más grande del mundo en posesión de moneda. La minería de Bitcoin se está convirtiendo en el "nuevo tesoro nacional" de Bután, un modelo de desarrollo sin precedentes que vincula profundamente el destino del país con la red de Bitcoin. Este plan nacional, ordenado personalmente por el rey de Bután, comenzó en 2020. Su think tank nacional, DHI, se dio cuenta de que utilizar el exceso de energía hidroeléctrica barata para minería es una excelente manera de transformar los recursos naturales en riqueza nacional. Este enorme activo digital está retroalimentando de manera tangible la economía real: el gobierno de Bután utiliza las ganancias de la minería para aumentar los salarios de los funcionarios públicos en un 50%, y está implementando un sistema de pago de criptomonedas en la capital, tratando de crear un ciclo económico completo que va de "minero a billetera, y luego a la ciudad". El éxito de Bután ofrece un ejemplo audaz e inteligente para pequeñas economías en todo el mundo.
Inspirado por el éxito de países como Bután, Pakistán, que enfrenta una grave presión financiera, también planea destinar su capacidad de generación de 2000 megavatios (2GW) ociosa hacia la minería de Bitcoin y centros de datos de IA. El gobierno espera ahorrar 745 millones de dólares al año en tarifas de capacidad de plantas eléctricas y generar cerca de 1800 millones de dólares en ingresos en divisas. Sin embargo, los desafíos que enfrenta Pakistán son mucho mayores que los de Bután: sus altos precios de electricidad industrial, su dependencia de los subsidios eléctricos y la presión del Fondo Monetario Internacional (FMI) hacen que este camino de recuperación esté lleno de incertidumbre. La ambición de los gigantes empresariales En esta competición centrada en los estados, un gigante nativo del mundo cripto está ingresando con una actitud de disruptor. Tether, el mayor emisor de la stablecoin USDT, ya no se conforma con su posición dominante en el mercado de stablecoins. Su CEO, Paolo Ardoino, ha declarado recientemente que el objetivo de Tether es convertirse en "la primera empresa de minería de Bitcoin en el mundo" antes de finales de 2025.
Esto no es solo un eslogan vacío. Desde 2023, Tether ha invertido más de 2 mil millones de dólares en la construcción de minas centradas en energía verde en 15 ubicaciones alrededor del mundo (como Uruguay, Paraguay y El Salvador). Ardoino admite que la motivación de Tether no es solo una inversión financiera, sino también una consideración estratégica: como una ballena que posee más de 100,000 Bitcoins, participar personalmente en la minería y ser parte del "equipo de seguridad de la red Bitcoin" es la mejor manera de proteger la seguridad de su enorme reserva de activos. La entrada de Tether marca el inicio de una nueva dimensión en la guerra de poder de cómputo: una empresa privada con recursos comparables a los de un país está participando en la competencia por la infraestructura básica de Bitcoin. El juego de poder de la nueva era Desde la lucha geopolítica entre grandes potencias hasta las estrategias de desarrollo económico de países pequeños, y las estrategias de las grandes corporaciones, el panorama global de la minería de Bitcoin está experimentando una profunda y drástica reestructuración. La potencia de cálculo, que era un indicador técnico puro, ahora está estrechamente relacionada con la seguridad energética nacional, la soberanía financiera, la competitividad económica e incluso la estrategia militar. En resumen, la antigua era de la minería de Bitcoin ha llegado a su fin, y un nuevo orden mundial está en formación. Esta competencia global en torno al poder computacional de Bitcoin ha comenzado, y su rumbo final, sin duda, tendrá un profundo impacto en el mapa de poder global del siglo XXI.