Del 21 al 23 de agosto, la atención de los inversores globales se centrará en el destino turístico de montaña de Jackson Hole, en Wyoming, EE. UU. Aquí, el discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no solo proporcionará pistas clave sobre la dirección futura de la política monetaria de EE. UU., sino que también podría convertirse en una batalla clave para definir su carrera profesional y defender la independencia de la Reserva Federal.
El mercado está conteniendo la respiración. Los inversores esperan en general que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés en las próximas semanas, y esta expectativa ha impulsado el mercado de valores, especialmente los sectores sensibles a las tasas de interés, a alcanzar máximos históricos. Cualquier señal que contradiga esta expectativa podría provocar una fuerte agitación en el mercado. El discurso de Powell será una de las actividades del banco central más observadas este año, ya que necesita calmar al mercado mientras proporciona una base económica sólida para las decisiones de la Reserva Federal.
Detrás del discurso hay una enorme presión política. Las críticas del gobierno de Trump hacia Powell por no reducir las tasas de interés se han intensificado, e incluso se están buscando posibles reemplazos. Esto coloca cada declaración pública de Powell bajo los reflectores, y el simposio de Jackson Hole es el mejor escenario para que él explique su posición y enfatice la independencia del banco central.
Powell se enfrenta a un dilema económico complicado. Por un lado, la política arancelaria del gobierno de Trump está elevando la inflación, lo que complica las decisiones sobre la reducción de tasas; por otro lado, ya hay signos de enfriamiento en el mercado laboral, y el riesgo de desaceleración del crecimiento económico también es innegable. Entre señales económicas contradictorias e intervenciones políticas continuas, cada paso de Powell es como caminar sobre hielo delgado.
Riesgo inesperado de los halcones
Wall Street ya se ha preparado para una reducción de tasas. Los datos del mercado de futuros de fondos federales muestran que el mercado estima que hay más del 92% de probabilidades de que la Reserva Federal reduzca las tasas en 25 puntos básicos en la reunión de septiembre, y se espera al menos otra reducción de tasas en el año.
Esta expectativa dovish ya se ha traducido en acciones reales en el mercado. Las industrias sensibles al costo de los préstamos se han convertido en los grandes ganadores recientes. Las acciones de los principales constructores de viviendas como PulteGroup, Lennar y D.R. Horton han aumentado entre un 4,2% y un 8,8% en la última semana, superando con creces el aumento del 1% del índice S&P 500. Andrew Slimmon de Morgan Stanley Investment Management declaró:
"Todo esto tiene que ver con constructores de viviendas, acciones cíclicas, empresas industriales y de materiales."
Sin embargo, estos aumentos también han hecho que el mercado sea excepcionalmente frágil. Slimmon añadió que el fuerte repunte de los constructores de viviendas indica que el mercado está convencido de que la Reserva Federal reducirá las tasas de interés, por lo que "cualquier señal proveniente de Jackson Hole que sugiera lo contrario hará que el mercado sea más susceptible a la presión de venta". Steven Sosnick, estratega del mercado de IBKR, también advirtió que:
"¿Qué hacer si la gente espera un Powell dovish y él se presenta con una postura hawkish a todo tren? Cuanto más complacidos nos sintamos al entrar a esta reunión, mayor será el riesgo de reacciones volátiles en el mercado."
Dificultades en la elección bajo presión política
La actitud cautelosa de Powell contrasta marcadamente con la urgencia del gobierno de Trump. El presidente Trump no solo ha llamado públicamente a Powell "un terco tonto", acusándolo de "haber llegado demasiado tarde", sino que también ha insinuado que podría despedirlo antes de que termine su mandato. La Casa Blanca ya está evaluando posibles sustitutos, centrándose en aquellos candidatos dispuestos a recortar tasas rápidamente.
Esta intervención política ha dificultado enormemente la toma de decisiones de la Reserva Federal. La razón por la que Powell todavía mantiene la tasa de fondos federales en el rango del 4.25% al 4.50% se debe principalmente a la preocupación de que la política arancelaria de Trump pueda agravar la inflación. Históricamente, intervenciones políticas similares han llevado a consecuencias desastrosas. En la década de 1970, la presión del gobierno de Nixon llevó al entonces presidente de la Reserva Federal, Arthur Burns, a mantener tasas de interés bajas en un momento de aumento de la inflación, lo que finalmente provocó una inflación de dos dígitos.
Powell admitió que los aranceles "podrían provocar un aumento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un aumento de la tasa de desempleo", lo que complica aún más cualquier decisión de la Reserva Federal. Si se reduce la tasa de interés demasiado pronto, podría fomentar la inflación; si se mantienen las tasas sin cambios, podría agravar la debilidad del mercado laboral.
Datos económicos mixtos
Los datos económicos complejos actuales avivan este debate. A pesar de que la economía estadounidense ha evitado en gran medida la recesión, logrando una especie de "aterrizaje suave", el camino futuro está lleno de incertidumbre.
Por un lado, la presión inflacionaria sigue siendo obstinada. El índice de precios al consumidor (IPC) subió un 0.3% en julio en comparación con el mes anterior, el mayor aumento desde enero, alcanzando una tasa anual del 3.1%. El índice de precios al productor (IPP), que mide la inflación mayorista, se disparó un 0.9% el mes pasado, el mayor aumento mensual en más de tres años. Estos datos indican que los aranceles pueden haber comenzado a aumentar los costos para las empresas, y finalmente se trasladarán a los consumidores.
Por otro lado, el mercado laboral está enfriándose. En julio, Estados Unidos solo creó 73,000 empleos, mientras que los datos de empleo de mayo y junio fueron revisados a la baja en más de 250,000. El crecimiento salarial ha disminuido de una tasa anual del 6% en 2022 a aproximadamente el 3.9%. Estos datos han generado divisiones dentro del FOMC, ya que dos miembros votaron a favor de recortar las tasas en la reunión de julio.
La batalla por el legado de la independencia
Frente a una situación compleja, Powell no espera revelar la decisión de tasas de interés de septiembre en Jackson Hole. En cambio, su discurso se centrará en la evaluación del marco de política monetaria que la Reserva Federal realiza cada cinco años. Esto se considera una estrategia clave para defender la independencia a largo plazo de la Reserva Federal.
A través de ajustes en el marco de políticas, Powell puede establecer algunos principios rectores que puedan trascender su mandato, como cómo abordar los choques de suministro y cómo reequilibrar las dos grandes tareas de pleno empleo y estabilidad de precios. William English, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad de Yale y ex alto funcionario de la Reserva Federal, espera que la Reserva Federal pueda volver a adoptar "desviaciones" en lugar de "deficiencias" para describir la situación del empleo; este pequeño cambio semántico implica que tanto un mercado laboral sobrecalentado como uno frío son problemas que necesitan ser abordados, dando a la Reserva Federal razones equivalentes para subir o bajar las tasas de interés en diferentes circunstancias.
El economista jefe de RSM US, Joe Brusuelas, declaró:
"Mi sensación es que él ve su legado como una forma de mantener la independencia de la Reserva Federal."
El discurso de Jackson Hole no pondrá fin a esta batalla, pero mostrará cómo Powell equilibra entre sus tres roles de gestionar la economía durante la transformación, enfrentar la hostilidad política y perfeccionar el marco de toma de decisiones. No se trata solo de una decisión sobre tasas de interés, sino de la capacidad del banco central de EE. UU. para mantener su independencia en medio de la tormenta.
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Los mercados globales esta semana están mirando a un lugar: Jackson Hole, Estados Unidos.
Autor: Zhang Yaqi, Wall Street Journal
Del 21 al 23 de agosto, la atención de los inversores globales se centrará en el destino turístico de montaña de Jackson Hole, en Wyoming, EE. UU. Aquí, el discurso del presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, no solo proporcionará pistas clave sobre la dirección futura de la política monetaria de EE. UU., sino que también podría convertirse en una batalla clave para definir su carrera profesional y defender la independencia de la Reserva Federal.
El mercado está conteniendo la respiración. Los inversores esperan en general que la Reserva Federal reduzca las tasas de interés en las próximas semanas, y esta expectativa ha impulsado el mercado de valores, especialmente los sectores sensibles a las tasas de interés, a alcanzar máximos históricos. Cualquier señal que contradiga esta expectativa podría provocar una fuerte agitación en el mercado. El discurso de Powell será una de las actividades del banco central más observadas este año, ya que necesita calmar al mercado mientras proporciona una base económica sólida para las decisiones de la Reserva Federal.
Detrás del discurso hay una enorme presión política. Las críticas del gobierno de Trump hacia Powell por no reducir las tasas de interés se han intensificado, e incluso se están buscando posibles reemplazos. Esto coloca cada declaración pública de Powell bajo los reflectores, y el simposio de Jackson Hole es el mejor escenario para que él explique su posición y enfatice la independencia del banco central.
Powell se enfrenta a un dilema económico complicado. Por un lado, la política arancelaria del gobierno de Trump está elevando la inflación, lo que complica las decisiones sobre la reducción de tasas; por otro lado, ya hay signos de enfriamiento en el mercado laboral, y el riesgo de desaceleración del crecimiento económico también es innegable. Entre señales económicas contradictorias e intervenciones políticas continuas, cada paso de Powell es como caminar sobre hielo delgado.
Riesgo inesperado de los halcones
Wall Street ya se ha preparado para una reducción de tasas. Los datos del mercado de futuros de fondos federales muestran que el mercado estima que hay más del 92% de probabilidades de que la Reserva Federal reduzca las tasas en 25 puntos básicos en la reunión de septiembre, y se espera al menos otra reducción de tasas en el año.
Esta expectativa dovish ya se ha traducido en acciones reales en el mercado. Las industrias sensibles al costo de los préstamos se han convertido en los grandes ganadores recientes. Las acciones de los principales constructores de viviendas como PulteGroup, Lennar y D.R. Horton han aumentado entre un 4,2% y un 8,8% en la última semana, superando con creces el aumento del 1% del índice S&P 500. Andrew Slimmon de Morgan Stanley Investment Management declaró:
Sin embargo, estos aumentos también han hecho que el mercado sea excepcionalmente frágil. Slimmon añadió que el fuerte repunte de los constructores de viviendas indica que el mercado está convencido de que la Reserva Federal reducirá las tasas de interés, por lo que "cualquier señal proveniente de Jackson Hole que sugiera lo contrario hará que el mercado sea más susceptible a la presión de venta". Steven Sosnick, estratega del mercado de IBKR, también advirtió que:
Dificultades en la elección bajo presión política
La actitud cautelosa de Powell contrasta marcadamente con la urgencia del gobierno de Trump. El presidente Trump no solo ha llamado públicamente a Powell "un terco tonto", acusándolo de "haber llegado demasiado tarde", sino que también ha insinuado que podría despedirlo antes de que termine su mandato. La Casa Blanca ya está evaluando posibles sustitutos, centrándose en aquellos candidatos dispuestos a recortar tasas rápidamente.
Esta intervención política ha dificultado enormemente la toma de decisiones de la Reserva Federal. La razón por la que Powell todavía mantiene la tasa de fondos federales en el rango del 4.25% al 4.50% se debe principalmente a la preocupación de que la política arancelaria de Trump pueda agravar la inflación. Históricamente, intervenciones políticas similares han llevado a consecuencias desastrosas. En la década de 1970, la presión del gobierno de Nixon llevó al entonces presidente de la Reserva Federal, Arthur Burns, a mantener tasas de interés bajas en un momento de aumento de la inflación, lo que finalmente provocó una inflación de dos dígitos.
Powell admitió que los aranceles "podrían provocar un aumento de la inflación, una desaceleración del crecimiento económico y un aumento de la tasa de desempleo", lo que complica aún más cualquier decisión de la Reserva Federal. Si se reduce la tasa de interés demasiado pronto, podría fomentar la inflación; si se mantienen las tasas sin cambios, podría agravar la debilidad del mercado laboral.
Datos económicos mixtos
Los datos económicos complejos actuales avivan este debate. A pesar de que la economía estadounidense ha evitado en gran medida la recesión, logrando una especie de "aterrizaje suave", el camino futuro está lleno de incertidumbre.
Por un lado, la presión inflacionaria sigue siendo obstinada. El índice de precios al consumidor (IPC) subió un 0.3% en julio en comparación con el mes anterior, el mayor aumento desde enero, alcanzando una tasa anual del 3.1%. El índice de precios al productor (IPP), que mide la inflación mayorista, se disparó un 0.9% el mes pasado, el mayor aumento mensual en más de tres años. Estos datos indican que los aranceles pueden haber comenzado a aumentar los costos para las empresas, y finalmente se trasladarán a los consumidores.
Por otro lado, el mercado laboral está enfriándose. En julio, Estados Unidos solo creó 73,000 empleos, mientras que los datos de empleo de mayo y junio fueron revisados a la baja en más de 250,000. El crecimiento salarial ha disminuido de una tasa anual del 6% en 2022 a aproximadamente el 3.9%. Estos datos han generado divisiones dentro del FOMC, ya que dos miembros votaron a favor de recortar las tasas en la reunión de julio.
La batalla por el legado de la independencia
Frente a una situación compleja, Powell no espera revelar la decisión de tasas de interés de septiembre en Jackson Hole. En cambio, su discurso se centrará en la evaluación del marco de política monetaria que la Reserva Federal realiza cada cinco años. Esto se considera una estrategia clave para defender la independencia a largo plazo de la Reserva Federal.
A través de ajustes en el marco de políticas, Powell puede establecer algunos principios rectores que puedan trascender su mandato, como cómo abordar los choques de suministro y cómo reequilibrar las dos grandes tareas de pleno empleo y estabilidad de precios. William English, profesor de la Escuela de Administración de la Universidad de Yale y ex alto funcionario de la Reserva Federal, espera que la Reserva Federal pueda volver a adoptar "desviaciones" en lugar de "deficiencias" para describir la situación del empleo; este pequeño cambio semántico implica que tanto un mercado laboral sobrecalentado como uno frío son problemas que necesitan ser abordados, dando a la Reserva Federal razones equivalentes para subir o bajar las tasas de interés en diferentes circunstancias.
El economista jefe de RSM US, Joe Brusuelas, declaró:
El discurso de Jackson Hole no pondrá fin a esta batalla, pero mostrará cómo Powell equilibra entre sus tres roles de gestionar la economía durante la transformación, enfrentar la hostilidad política y perfeccionar el marco de toma de decisiones. No se trata solo de una decisión sobre tasas de interés, sino de la capacidad del banco central de EE. UU. para mantener su independencia en medio de la tormenta.